sábado, 30 de abril de 2011

Los pecios de facebluf (3)



EL LIBRO.

Así comienza Represalia de Gert Ledig:
"Dejad que los niños se acerquen a mí.
Cuando explotó la primera bomba, la onda expansiva arrojó a los niños muertos contra el muro. Se habían asfixiado el día anterior en un sótano. Habían depositado sus cuerpos en el cementerio porque sus padres combatían en el frente y había que buscar primero a las madres. Sólo hallaron a una, pero yacía aplastada bajo los escombros. Así era la represalia.
La bomba, al explotar, lanzó un zapatito por los aires. Pero eso carecía de importancia. Ya estaba destrozado..."
La súbita irrupción del infierno en un día de verano. Represalia es la cruda descripción del horror desencadenado por un ataque aéreo Aliado a una ciudad alemana en julio de 1944, el relato preciso de lo que ocurre durante sesenta y nueve minutos en el interior de los aviones atacantes y en los refugios antiaéreos o en los sótanos enterrados bajo los escombros, la crónica de lo que pasa en las calles bajo una lluvia de bombas.

LA FICHA

La novela y el cuento se dejan comparar analógicamente con el cine y la fotografía, en la medida en que una película es en principio un “orden abierto”, novelesco, mientras que una fotografía lograda presupone una ceñida limitación previa, ...impuesta en parte por el reducido campo que abarca la cámara y por la forma en que el fotógrafo utiliza estéticamente esa limitación. No sé si ustedes han oído hablar de su arte a un fotógrafo profesional; a mí siempre me ha sorprendido el que se exprese tal como podría hacerlo un cuentista en muchos aspectos. Fotógrafos de la calidad de un Cartier-Bresson o de un Brasai definen su arte como una aparente paradoja: la de recortar un fragmento de la realidad, fijándolo determinados límites, pero de manera tal que ese recorte actúe como una explosión que abre de par en par una realidad mucho más amplia, como una visión dinámica que trasciende espiritualmente el campo abarcado por la cámara. Mientras en el cine, como en la novela, la captación de esa realidad más amplia y multiforme se logra mediante el desarrollo de elementos parciales, acumulativos, que no excluyen, por supuesto, una síntesis que dé el “clímax” de la obra, en una fotografía o en un cuento de gran calidad se procede inversamente, es decir que el fotógrafo o el cuentista se ven precisados a escoger y limitar una imagen o un acaecimiento que sean significativos, que no solamente valgan por sí mismos, sino que sean capaces de actuar en el espectador o en el lector como una especie de apertura, de fermento que proyecta la inteligencia y la sensibilidad hacia algo que va mucha más allá de la anécdota visual o literaria contenidas en la foto o en el cuento (Julio Cortázar)

LA CITA

“Cada persona, retirada dentro de sí misma, se comporta como si fuese un extraño al destino de todos los demás. Sus hijos y sus buenos amigos constituyen para él la totalidad de la especie humana. En cuanto a sus relaciones con sus conciuda ...danos, puede mezclarse entre ellos, pero no los ve; los toca, pero no los siente; él existe solamente en sí mismo y para él solo. Y si en estos términos queda en su mente algún sentido de familia, ya no persiste ningún sentimiento de sociedad (Alexis de Tocqueville)

lunes, 28 de marzo de 2011

Los pecios de Facebluf (2)



(Estas notas están tomadas de “Espacio Literario El Taller” de Facebook)

EL LIBRO

Así empieza "El diario de Hamlet García" de Paulino Masip: "1.º de Enero de 1935. No soy Príncipe de Dinamarca, ni me baten vientos contrarios en la encrucijada de un drama doméstico. Mi padre no fue rey, sino de su casa, y la viudez de mi madre tan honorables como su vida conyugal. Pero me llamo ...Hamlet. Si tuve Ofelia, como casé con ella, dejó de serlo porque la hice madre y se convirtió en doña Ofelia, aficionafa al agua de los ríos cuando le faltan las densas y saladas del mar, pero no para ahogarse en ellas, aventura romántica que, si le tentó algún día, ya no le tienta. Alguna vez la he mandado a un convento. es verdad, pero era una manera figurada de decir, punto de destino imaginario sin más valor que la luna, o los antípodas. Ni ella pensó en hacerme caso, ni yo lo hubiera agradecido.
Me llamo Hamlet. Soy profesor ambulante de metafísica..."
Libro extraordinario sobre los prolegómenos y los primeros meses de la Guerra Civil Española, tan poco conocido como imprescindible.

LA FICHA.

"El cuento es un género literario escueto, al extremo de que un cuento no debe construirse sobre más de un hecho. El cuentista, como el aviador, no levanta vuelo para ir a todas partes y ni siquiera a dos puntos a la vez; e igual que el aviador se halla forzado a saber con seguridad adonde se dirige antes de poner la mano en las palancas que mueven su máquina"
(Juan Bosch)

LA CITA

La época de la burguesía se distingue de todas las demás por el constante y agitado desplazamiento de la producción, por la conmoción ininterrumpida de todas las relaciones sociales, por una inquietud y una dinámica incesantes. Las relaciones inconmovibles y mohosas del pasado, con todo su séquito de ideas y creencias viejas y venerables, se derrumban, y las nuevas envejecen antes de echar raíces. Todo lo que se creía permanente y perenne se esfuma, lo santo es profanado, y, al fin, el hombre se ve constreñido, por la fuerza de las cosas, a contemplar con mirada fría su vida y sus relaciones con los demás.
(K. Marx; F. Engels)

domingo, 6 de marzo de 2011

LOS PECIOS DE FACEBLUF (1)



(Estas notas están tomadas de “Espacio Literario El Taller” de Facebook)

EL LIBRO.

Así comienza "Relatos de Kolimá" de Varlam Shalámov:
"¿Cómo se abre camino en la nieve virgen? Un hombre echa a andar, suda y blasfema, avanza sin apenas poder mover los pies, hundiéndose a cada instante en la esponjosa y profunda nieve. El hombre se marcha lejos, marcando su camino con irregulares hoyos negros. Se cansa, se acuesta en la nieve, enciende un pitillo, y el humo del tabaco de picadura se extiende en una nube azulada sobre la nieve blanca y brillante. El hombre ya se ha marchado lejos, pero la nube sigue suspendida en el lugar en que se había detenido a descansar: el aire es casi inmóvil. Los caminos se abren siempre en los días de calma, para que los vientos no barran los trabajos de los hombres. El hombre se marca sus propios puntos de orientación en la infinitud nevada: una roca, un árbol alto. El hombre guía su propio cuerpo por la nieve del mismo modo que un timonel dirige la barca por el río de un saliente a otro..."
Varlam Shalámov se adentra en el infierno blanco de Kolimá, región situada en el límite oriental de Siberia. La maestría de Shalámov se enfrenta al paisaje intimidante de la taiga, a los sufrimientos padecidos en los campos de trabajo estalinistas (fue condenado a los campos de trabajo en dos ocasiones, la primera por difundir en 1929 el testamento de Lenin, contrario a Stalin), a todo lo que implica saber que el horror de Kolimá es imposible da narrar aunque el esté determinado a hacerlo. Para superar este reto, para representar la inhumanidad, para escapar a la maldición del grito silencioso, Shalamov escoge la forma del relato breve, cuyos rasgos principales son, según su expresión, el "laconismo", las frases "cortas como una exhalación" o "secas y musculosas como una bofetada" (En Editorial Minúscula)

LA FICHA.

"Abres un libro y lees: habla una voz. Esa voz, conocida o desconocida, cuenta algo, de una manera: dice y muestra. Ese algo -el qué- y esa manera-el cómo- brotan de un lugar: el punto desde donde esa voz siente, percibe, organiza y da sentido a lo narrado. A este "lugar", a este "desde", se llama en narrativa punto de vista" (Agatha Christiensonz)

LA CITA

"Si el libro que leemos no nos despierta, como un puño que nos golpeara en el cráneo, ¿para qué lo leemos? ¿Para que nos haga felices? ¡Dios mío! También seríamos felices si no tuviéramos libros y podríamos, si fuera necesario, escribir nosotros mismos los libros que nos hagan felices. Pero lo que debemos tener son esos libros que se precipitan sobre nosotros como la mala suerte y que nos dejan profundamente angustiados, como la muerte de alguien a quien queremos más que a nosotros mismos, como el suicidio. Un libro debe ser como un pico de alpinista que rompa el mar helado que tenemos dentro”. (Frank Kafka)